LA EDUCACIÓN EN TIEMPOS DE PANDEMIA: LOS DESAFIOS DE LA ESCUELA DEL SIGLO XXI


Hurtado Talavera, Frank Junior

El objetivo de la escuela está más vigente que nunca; consiste en reducir al máximo las consecuencias directas e indirectas en el proceso de aprendizaje y, como tal, en la educación, producto de la pandemia. Se hace necesario analizar, generar e implementar acciones que permitan contextualizar los sistemas educativos con el fin de que respondan a las necesidades de los estudiantes. Estas acciones deben surgir del contexto propio de las sociedades. Según Carlota Pérez (2002), la humanidad se encuentra en el “punto de viraje” de una transformación tecnológica sin precedentes. Al período de instalación de las TIC que tuvo lugar en los últimos treinta años –con su cortejo de “destrucción creativa” y de generalización de un nuevo paradigma social, la sociedad de la información y del conocimiento– puede seguir un tiempo de implementación y de florecimiento del pleno potencial del nuevo paradigma triunfante. Partiendo de lo antes expuesto, la incorporación de las nuevas tecnologías de la información y comunicación al proceso de enseñanza-aprendizaje, requiere que la escuela realice una transformación desde sus bases; no basta con implementar recursos tecnológicos, se hace necesario que la escuela se reinvente y realice las reformas necesarias para una verdadera cultura digital. Para Carneiro, Toscano y Díaz (2009), se hace necesario generar cambios en el paradigma educativo con el fin de lograr uno de los objetivos de la educación, el cual es la contribución a la formación integral de los estudiantes. Al respecto, sostienen que:

Lograr cambios sustanciales en el paradigma educativo, lo que debe permitir hacer frente a las nuevas demandas sociales, supone necesariamente que las nuevas tecnologías sean capaces de colaborar en la consecución de uno de los principales objetivos de la educación: el desarrollo emocional de los alumnos y su formación moral. La búsqueda de una nueva etapa de re-encantamiento social y educativo difícilmente será posible si las TIC continúan siendo herramientas técnicas orientadas exclusivamente a la adquisición y transmisión de conocimientos, pero incapaces de participar en las metas sociales y morales que persiguen la educación y la sociedad. (pág.163)

Tal como argumentan dichos autores, es importante generar una nueva etapa de reencantamiento social y educativo, y esto será difícil sin incorporar las tecnologías de la información y comunicación, y darles el sentido completo que tienen. Sin embargo, la incorporación no va a garantizar la inclusión y la equidad social; requiere un abordaje completo, en donde se enseñe la conducta adecuada dentro de la cultura digital. Otro desafío es capacitar a los docentes en metodologías de formación virtual y acompañamiento emocional a los estudiantes y sus familias, ya que el impacto de la pandemia afectará emocionalmente a las familias; por ende, a los estudiantes y a su proceso de aprendizaje. El prevenir y atender a tiempo esta realidad permitirá evitar una posible deserción escolar producto de la desmotivación y en muchos casos por la crisis económica a la que pueden enfrentarse las familias. Los docentes deben tener presente que es imposible lograr los contenidos establecidos en el currículo, ya que estaba diseñado para otra metodología. El dosificar tareas y priorizar contenidos, es la clave para continuar con el proceso formativo de los estudiantes.

Los docentes requieren de manera urgente una formación que les brinde habilidades y capacidades frente a este nuevo escenario, esto con el fin que el docente realice una adaptación y ajuste a sus estrategias metodológicas que respondan a la dinámica de la sociedad y sus exigencias. Es así como las TIC visionan una necesaria renovación a las metodologías implementadas por los docentes, en donde esté presente el incremento de la motivación y participación del estudiante en su proceso de aprendizaje.


Reflexiones finales 

En función de las interrogantes que originaron esta investigación documental se puede establecer que la percepción que se posee en la actualidad sobre educación ha variado debido a las consecuencias producidas por la pandemia en el contexto educativo a nivel mundial, generada por el COVID-19; a su vez, por la influencia directa que han tenido los recursos tecnológicos. En la actualidad se ha cambiado la noción que se tiene de educación, ya que pasa de un modelo de enseñanza presencial a un modelo virtual o a distancia, en donde la familia asume un rol protagónico y estratégico en el proceso formativo de su representado. Por otro lado, se ha profundizado el rol de las familias en el nuevo escenario de educación virtual, destacando que la familia juega un rol determinante en el proceso de aprendizaje de su representado. Sin embargo, un problema encontrado es que muchas familias han delegado la educación de sus hijos a la escuela, por lo tanto, en este escenario se les hace complejo asumir el rol de padres y, a su vez, de mediadores del aprendizaje. Esto se une a un fenómeno generado a principios del siglo XX en donde la familia y la escuela comenzaron a distanciarse, la consecuencia de todo esto es que la familia no posee, de modo general, las herramientas necesarias para continuar con el proceso de enseñanza-aprendizaje desde los hogares en este nuevo escenario virtual. El principal desafío que presenta la escuela en la época de pandemia, es reducir al máximo las consecuencias directas e indirectas en el proceso de aprendizaje. Se hace necesario que la escuela genere acciones viables que respondan a las exigencias y requerimientos de los estudiantes en sus distintos contextos y realidades. Incorporar las nuevas tecnologías de la información y comunicación al proceso de enseñanza-aprendizaje es uno de los grandes retos, ya que no basta con estrategias momentáneas; requiere un proceso de transformación desde sus bases; por ende, se hace necesario promover una nueva etapa de reencantamiento social y educativo, y esto puede lograse a través de la incorporación de las tecnologías, en su sentido completo. Los docentes son clave en este proceso, ya que una adecuada formación en metodologías digitales permitirá que éste cuente con herramientas acertadas para acompañar a los estudiantes y sus familias en esta nueva realidad virtual. En conclusión, uno de los mayores desafíos consiste en la renovación de las estrategias metodológicas en el proceso de enseñanza-aprendizaje; se basa en comprender que no se puede aplicar una metodología presencial a una realidad virtual, ya que se corre el riesgo del fracaso.

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